-
Pálida osadía
La inspiración es sorpresiva, aparece en el momento más inesperado, por ejemplo, cuando estás en la fila del banco, vas a echar los macarrones en el agua hirviendo o estás a punto de sucumbir al sueño en la siesta. A veces, dejo pasar ese instante (porque no tengo el cuaderno de notas a mano, estoy demasiado cansada o enfadada conmigo misma por algún avatar del día a día…), otras, es tan potente la necesidad de escribir la idea de un poema, un relato o el fragmento de la novela que estoy escribiendo, que abandono lo que estoy haciendo entre manos y respondo a esa necesidad de escribir, compongo un poema…
-
Un nuevo comienzo
Hoy he puesto orden en mi escritorio, tal vez, porque comienzo un nuevo proyecto como escritora y necesito cierto ambiente neutral. Cuando acabas una novela, como es mi caso, estás llena de sensaciones contradictorias, una mezcla de alegría y vacío te invade.